Recuerdo hace tiempo, en un
programa de esos que llaman “del corazón” aquí en mi país, una periodista muy
conocida en ese mundo dijo una frase algo así como: “Es una persona pública y tengo derecho a conocer detalles de su vida”. ¿PERDÓN?
Pero, aquí entre nos, ¿quiénes son los culpables de todo esto? ¿Algunos periodistas que se meten hasta en
los charcos, sin ningún tipo de escrúpulo profesional? ¿O quizá son determinados artistas que son
capaces de vender cualquier cosa de su vida personal?
Lo que está claro es que “cada
uno tiene lo que merece”. Quiero decir,
hay ciertos personajes públicos que jamás aparecen en revistas o programas de
chismes. Simplemente viven de su trabajo
y su vida personal es eso, personal. Con
esos, los “periodistas depredadores” no se meten. ¿Por qué?
Simplemente porque esas personas han dejado claro que sólo interesa de
sus vidas lo que tiene que ver con su profesión. Única y exclusivamente.
El problema está en aquellos
que, o bien por necesidades económicas o bien por buscar una fama fácil, venden
todo. Posados, detalles escabrosos de su
vida sentimental, bodas, bautizos, en definitiva, sacan una exclusiva tras otra
con tal de permanecer en el candelero día tras día.
Esos mismos que luego, cuando
realmente tienen algo que les interesa ocultar a los ojos del público, se
quejan que no respetan su vida privada.
Entonces, ¿dónde está el
límite? ¿Quién tiene la razón?
Personalmente me cuido mucho
de ver esos programas donde todos, periodistas y personajes públicos se ponen
como gallos de pelea a ver quién se lleva el gato al agua. ¿Realmente interesa lo que hacen esas personas
fuera del escenario o detrás de las cámaras?
¿Influye para algo que ese cantante o ese actor se acueste con una o con
veinte?
Es más, me atrevería a decir
que ese cantante o ese actor que siempre ha sido extraordinario en su faceta
pero nos enteramos de algo que ha hecho que no nos gusta, y lo tachamos de
nuestra lista de favoritos. ¿Hay derecho
a eso?
Según el diccionario, el
periodismo es “La captación y
tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera
de sus formas y variedades”. Según
esta definición, el periodista puede informar sobre cualquier cosa y lo cierto
es que a la gente le gusta el morbo. Al
final, como siempre y como en todo, es cuestión de gustos.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Te gusta el chisme por muy escatológico que resulte a veces? Puedes dejar tu opinión a continuación o bien escribirme, como siempre, a mi cuenta de Twitter @isiluni ¡Hasta pronto amig@s!
K buena columna!!! La vdad ellos tienen la culpa x estar diciendo todo de su vida privada. Quien los manda!
ResponderBorrarMe gusta la forma de escribir de Isabel!! Q siga haciendo tan buenas columnas como estaaa.
Si, es incoherente decir que no se metan en su vida privada, y en cambio, vender los sucesos importantes de su vida a las revistas. No hay coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
BorrarA nosotros también nos gusta la forma de redactar de nuestra columnista. ¡Es única! ¡Saludos Aracely!
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